El uso del Desinfectante Orgánico RBM-TC para eliminar bacterias, hongos, virus y esporas, es la tendencia de al actividad en el ámbito mundial sin que afecte el volumen y la calidad de producción alimenticia.
Inocuidad de los alimentos
Principales enfermedades trasmitidas por los alimentos y sus causas
Las enfermedades transmitidas por los alimentos son generalmente de carácter infeccioso o tóxico y son causadas por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas que penetran en el organismo a través del agua o los alimentos contaminados.
Los patógenos de transmisión alimentaria pueden causar diarrea grave o infecciones debilitantes, como la meningitis.
La contaminación por sustancias químicas puede provocar intoxicaciones agudas o enfermedades de larga duración, como el cáncer. Las enfermedades transmitidas por los alimentos pueden causar discapacidad persistente y muerte. Algunos ejemplos de alimentos insalubres son los alimentos de origen animal no cocinados, las frutas y hortalizas contaminadas con heces y los mariscos crudos que contienen biotoxinas marinas.
Bacterias:
Salmonella, Campylobacter y Escherichia coli enterohemorrágica figuran entre los patógenos de transmisión alimentaria más comunes que afectan a millones de personas cada año, a veces con consecuencias graves o mortales. Los síntomas son fiebre, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, dolores abdominales y diarrea. Los alimentos asociados con los brotes de salmonelosis son, por ejemplo, los huevos, la carne de ave y otros productos de origen animal. Los casos de infección por Campylobacter de transmisión alimentaria son causados principalmente por la ingestión de leche cruda, carne de ave cruda o poco cocinada y agua potable. Escherichia coli enterohemorrágica se asocia con el consumo de leche no pasteurizada, carne poco cocinada y fruta y hortalizas frescas.
La infección por Listeria provoca abortos espontáneos y muerte neonatal. Si bien es una enfermedad relativamente poco frecuente, la gravedad de sus consecuencias, que pueden llegar a ser mortales, sobre todo para los lactantes, los niños y los ancianos, sitúa a la listeriosis entre las infecciones de transmisión alimentaria más graves. Listeria se encuentra en los productos lácteos no pasteurizados y en diversos alimentos preparados, y puede crecer a temperaturas de refrigeración.
La infección por Vibrio cholerae se transmite por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Los síntomas son, entre otros, dolores abdominales, vómitos y diarrea acuosa profusa, que pueden dar lugar a deshidratación grave y provocar la muerte. Los alimentos asociados con brotes de cólera son el arroz, las hortalizas, las gachas de mijo y varios tipos de mariscos.
Los antimicrobianos, como los antibióticos, son esenciales para tratar las infecciones causadas por las bacterias. Sin embargo, su utilización excesiva o errónea en la medicina veterinaria y humana se ha vinculado a la aparición y propagación de bacterias resistentes, que hacen que los tratamientos de enfermedades infecciosas en los animales y en el hombre dejen de ser eficaces. Las bacterias resistentes se introducen en la cadena alimentaria a través de los animales (por ejemplo, las bacterias del género Salmonella, a través del pollo). La resistencia a los antimicrobianos es una de las principales amenazas a las que se enfrenta la medicina moderna.
Virus:
Los síntomas característicos de las infecciones causadas por norovirus son las náuseas, los vómitos explosivos, la diarrea acuosa y los dolores abdominales. El virus de la hepatitis A puede provocar enfermedades hepáticas persistentes y se transmite en general por la ingestión de mariscos crudos o poco cocinados o de productos crudos contaminados. La manipulación de alimentos por personas infectadas suele ser la fuente de la contaminación
Parásitos:
Algunos parásitos, como los trematodos presentes en el pescado, únicamente se transmiten a través de los alimentos. Otros, en cambio, como Echinococcus spp o Taenia solium, pueden infectar a las personas a través de los alimentos o por contacto directo con animales. Otros parásitos, como Ascaris, Cryptosporidium, Entamoeba histolytica o Giardi, se introducen en la cadena alimentaria a través del agua o el suelo, y pueden contaminar los productos frescos.
Priones:
Los priones son agentes infecciosos constituidos por proteínas que se caracterizan por estar asociados a determinados tipos de enfermedades neurodegenerativas. La encefalopatía espongiforme bovina (o «enfermedad de las vacas locas») es una enfermedad por priones que afecta al ganado y que se relaciona con la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en los seres humanos. El consumo de productos cárnicos procedentes de bovinos que contienen materiales especificados de riesgo, como tejido cerebral, constituye la vía de transmisión más probable del prion a los seres humanos.
Sustancias químicas:
Las sustancias que plantean más riesgos para la salud son las toxinas naturales y los contaminantes ambientales.
Las toxinas naturales abarcan las micotoxinas, las biotoxinas marinas, los glucósidos cianogénicos y las toxinas presentes en las setas venenosas. Los alimentos básicos como el maíz o los cereales pueden contener elevados niveles de micotoxinas, como la aflatoxina y la ocratoxina, producidas por el moho presente en el grano. Una exposición prolongada a esas toxinas puede afectar al sistema inmunitario y al desarrollo normal, o causar cáncer.
Los contaminantes orgánicos persistentes son compuestos que se acumulan en el medio ambiente y en el organismo humano. Los ejemplos más conocidos son las dioxinas y los bifenilos policlorados, subproductos indeseados de los procesos industriales y de la incineración de desechos. Se hallan en el medio ambiente de todo el mundo y se acumulan en la cadena alimentaria animal. Las dioxinas son compuestos muy tóxicos que pueden causar problemas reproductivos y de desarrollo, dañar el sistema inmunitario, interferir en el funcionamiento hormonal y causar cáncer.
Los metales pesados como el plomo, el cadmio y el mercurio causan daños neurológicos y renales. La presencia de metales pesados en los alimentos se debe principalmente a la contaminación del aire, del agua y del suelo.
Carga de las enfermedades de transmisión alimentaria
La carga que las enfermedades de transmisión alimentaria imponen a la salud pública, el bienestar social y las economías se ha subestimado a menudo debido a la infranotificación y la dificultad para establecer una relación de causalidad entre las contaminaciones de alimentos y las enfermedades o muertes por ellas provocadas.
El informe Estimación de la carga mundial de las enfermedades de transmisión alimentaria publicado en 2015 por la OMS es el primero en ofrecer estimaciones completas sobre la carga de morbilidad causada por 31 agentes contaminantes (bacterias, virus, parásitos, toxinas y sustancias químicas) a nivel mundial y regional.
En el informe de 2018 del Banco Mundial sobre la carga económica de las enfermedades de transmisión alimentaria se indicaba que el costo de la pérdida total de productividad asociada con ese tipo de enfermedades en los países de ingresos bajos y medianos se estimaba en US$ 95 200 millones anuales, y que el costo anual del tratamiento de estas enfermedades se estima en US$ 15 000 millones.
El mundo en evolución y la inocuidad de los alimentos
El suministro de alimentos inocuos fortalece las economías nacionales, el comercio y el turismo, contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional, y sirve de fundamento para el desarrollo sostenible.
La urbanización y los cambios en los hábitos de consumo, en particular los viajes, han multiplicado el número de personas que compran y comen alimentos preparados en lugares públicos. Dado que la globalización ha potenciado la demanda de una mayor variedad de alimentos, la cadena alimentaria mundial es cada vez más larga y compleja.
Ante el crecimiento de la población mundial, la intensificación e industrialización de la agricultura y la producción ganadera para satisfacer la creciente demanda de alimentos plantean a la vez oportunidades y dificultades para la inocuidad de los alimentos. Se prevé que el cambio climático también incidirá en la inocuidad de los alimentos.
Estas dificultades suponen una mayor responsabilidad para los productores y distribuidores de alimentos en lo que atañe a la inocuidad de los alimentos. Los incidentes locales pueden transformarse rápidamente en emergencias internacionales debido a la rapidez y el alcance de la distribución de los productos. En los últimos diez años se han registrado brotes de enfermedades graves transmitidas por los alimentos en todos los continentes, a menudo amplificados por la globalización del comercio.
Como ejemplo cabe citar la contaminación de carne lista para comer con Listeria monocytogenes en Sudáfrica en 2017-2018, que se saldó con 1060 casos de listeriosis y 216 muertes. En ese caso, los productos contaminados se habían exportado a 15 países de África, por lo que fue necesaria una respuesta internacional para aplicar medidas de gestión de riesgos.
La inocuidad de los alimentos: una prioridad de salud pública
Los alimentos insalubres plantean amenazas para la salud a escala mundial y ponen en peligro la vida de todos: los lactantes, los niños pequeños, las embarazadas, las personas mayores y las personas con enfermedades subyacentes son particularmente vulnerables. Las enfermedades diarreicas afectan cada año a unos 220 millones de niños, de los que 96 000 acaban muriendo.
Los alimentos insalubres generan un círculo vicioso de diarrea y malnutrición que compromete el estado nutricional de los más vulnerables.
En la Conferencia Internacional sobre Inocuidad Alimentaria celebrada en Addis Abeba en febrero de 2019 y el Foro internacional sobre Inocuidad Alimentaria y Comercio celebrado en Ginebra en 2019 se reiteró la importancia de la inocuidad de los alimentos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los gobiernos deben elevar la inocuidad de los alimentos al rango de prioridad de salud pública, puesto que desempeñan una función capital en la formulación de políticas y marcos normativos, y en el establecimiento y aplicación de sistemas eficaces en materia de inocuidad de los alimentos.
La contaminación de los alimentos puede producirse en cualquiera de las etapas del proceso de fabricación o de distribución, aunque la responsabilidad recae principalmente en el productor. Sin embargo, una buena parte de las enfermedades transmitidas por los alimentos se deben a alimentos que han sido preparados o manipulados de forma incorrecta en el hogar, en establecimientos que sirven comida o en los mercados. No todos los manipuladores de alimentos y consumidores entienden la importancia de adoptar prácticas higiénicas básicas al comprar, vender y preparar alimentos para proteger su salud y la de la población en general.
Todos podemos contribuir a garantizar que los alimentos sean inocuos. He aquí algunos ejemplos de medidas eficaces que podrían adoptarse:
Los responsables de la formulación de políticas pueden:
crear y mantener sistemas e infraestructuras adecuados (por ejemplo, laboratorios) para gestionar y hacer frente a los riesgos relacionados con la inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria, en particular durante las emergencias; fomentar la colaboración entre sectores como la salud pública, la salud animal, la agricultura y otros, con el fin de mejorar la comunicación y la actuación común; integrar la inocuidad de los alimentos en las políticas y programas más generales relativos a la alimentación (por ejemplo, la nutrición y la seguridad alimentaria); pensar en términos globales y actuar a escala local a fin de garantizar que los alimentos producidos localmente siguen siendo inocuos cuando se exportan a otros países.
Los manipuladores de alimentos y los consumidores pueden:
cobrar conciencia de los alimentos que utilizan (leer las etiquetas en los envases de los alimentos, elegir con conocimiento de causa, familiarizarse con los peligros alimentarios más comunes);
manipular y preparar los alimentos de una manera segura en el hogar o en el momento de su venta en restaurantes o en mercados locales, poniendo en práctica el Manual sobre las cinco claves para la inocuidad de los alimentos, publicadas por la OMS;
cultivar frutas y hortalizas basándose en la publicación de la OMS Cinco claves para cultivar frutas y hortalizas más seguras para disminuir la contaminación microbiana.
Respuesta de la OMS
El objetivo de la OMS es facilitar la prevención, detección y capacidad de respuesta a la amenaza que constituyen los alimentos insalubres para la salud pública a escala mundial. La OMS trabaja para asegurar la confianza de los consumidores en sus administraciones y en el suministro de alimentos inocuos.
Para ello, la OMS ayuda a los Estados Miembros a fortalecer su capacidad para prevenir, detectar y gestionar los riesgos de origen alimentario mediante:
la realización de evaluaciones científicas independientes sobre los riesgos microbiológicos y químicos, que constituyen el fundamento del conjunto de normas, directrices y recomendaciones internacionales sobre los alimentos que se conocen como el Codex Alimentarius, con el fin de garantizar la inocuidad de los alimentos, sea cual sea su procedencia; la evaluación, de forma estructurada, transparente y mensurable, del desempeño de los sistemas de control de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria, a fin de determinar en qué ámbitos prioritarios se debe fortalecer la capacidad, y medir y evaluar los progresos en el tiempo mediante el Instrumento FAO/OMS de evaluación del sistema de control de los alimentos;
la evaluación de la inocuidad de las nuevas tecnologías utilizadas para la elaboración de alimentos, como la modificación genética y la nanotecnología;
la promoción de prácticas seguras para la manipulación de alimentos a través de programas sistemáticos de prevención y sensibilización sobre las enfermedades, y sobre la base de la información de la publicación Cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS y de sus materiales de capacitación;
y la promoción de la inocuidad de los alimentos como componente importante de la seguridad sanitaria y la integración de la inocuidad de los alimentos en las políticas y programas nacionales con arreglo al Reglamento Sanitario Internacional (RSI 2005).
La OMS colabora estrechamente con la FAO, con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y con otras organizaciones internacionales para garantizar la inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo.
Datos y cifras
La inocuidad de los alimentos, la nutrición y la seguridad alimentaria están inextricablemente relacionadas. Los alimentos insalubres generan un círculo vicioso de enfermedad y malnutrición, que afecta especialmente a los lactantes, los niños pequeños, los ancianos y los enfermos.
Se estima que cada año enferman en el mundo unos 600 millones de personas —casi 1 de cada 10 habitantes— por ingerir alimentos contaminados y que 420 000 mueren por esta misma causa, con la consiguiente pérdida de 33 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad.
Todos los años se pierden US$ 110 000 millones en productividad y gastos médicos a causa de los alimentos insalubres en los países de ingresos bajos y medianos.
Los niños menores de 5 años soportan un 40% de la carga atribuible a las enfermedades de transmisión alimentaria, que provocan cada año 125 000 defunciones en este grupo de edad.
Al ejercer una presión excesiva en los sistemas de atención de la salud, las enfermedades transmitidas por los alimentos obstaculizan el desarrollo económico y social, y perjudican a las economías nacionales, al turismo y al comercio.
El propósito de este trabajo es intentar dar una clara y simple definición a este término y ver cómo integrar un efectivo programa de limpieza y desinfección como parte de las buenas prácticas de manejo involucradas en un programa efectivo de bioseguridad para la producción de alimentos seguros. “El interés por la bioseguridad ha aumentado mucho en los últimos 10- 15 años debido al crecimiento del comercio de productos alimenticios, a la multiplicación de los viajes internacionales, la aparición de nuevos brotes de enfermedades transfronterizas y el creciente interés público acerca de la diversidad biológica y el medio ambiente (FAO)”.
Definamos entonces la bioseguridad operacional (para distinguirla de la bioseguridad conceptual y la estructural) como el conjunto de prácticas de manejo que, cuando son seguidas correctamente, reducen el potencial para la introducción y transmisión de microorganismos patógenos y sus vectores hacia fuera de las granjas y dentro de las mismas. Es un componente estratégico del manejo integral de cualquier empresa productora de carne, leche o huevos que tenga por objetivo el aumento de sus utilidades a través de un mejor status sanitario y con la producción de alimentos inocuos, que es lo que demandan los consumidores en todo el mundo (tanto a nivel local como internacional).
Los procedimientos de bioseguridad deben ser siempre considerados en combinación con un efectivo programa de higiene – compuesto básicamente por los procesos de limpieza – desinfección –, y un control integrado de plagas, además de un programa de vacunación adecuado a las condiciones locales y una medicación estratégica. El objetivo de dichos procedimientos es minimizar la exposición a agentes infecciosos y maximizar la resistencia de los animales. Por desinfección se entiende el proceso (químico en estos casos) que reduce el número de microorganismos patógenos, pero no necesariamente las esporas bacterianas, a un nivel que no es dañino para la salud de los animales (por debajo del umbral de infección).
Con un protocolo de base científica, el uso de detergentes y desinfectantes juega un papel vital en un programa de control efectivo de enfermedades. Hoy el productor cuenta con una variedad de productos disponibles en el mercado que además de tener su eficacia comprobada en pruebas independientes son también seguros para el operario y los equipos, y no dañan el medio ambiente. A pesar de esto hay que tener mucho cuidado al momento de seleccionar y comprar porque también existen una enorme cantidad de productos de calidad dudosa, sin certificaciones, y sin el respaldo técnico necesario que se venden solamente en base a precio. Recordemos que en general “lo barato siempre sale caro”.
Durante los últimos años ha sido comprobado que el control de enfermedades de origen viral, en particular aquellas que debilitan el sistema inmunitario, es un punto crítico de control para lograr la reducción de los problemas sanitarios. Cuando se identifican virus nuevos, el proceso de desarrollo de vacunas, si es considerado económico, toma mucho tiempo. Mientras tanto, las buenas medidas de bioseguridad y en particular la desinfección con un producto viricida de eficacia comprobada, es muchas veces la única y más económica forma de protección disponible.
La Elección de un Desinfectante:
Después del lavado, la selección de un desinfectante es el paso más importante en la preparación de un programa efectivo de bioseguridad operacional. No existe el desinfectante perfecto ni aquel que va a trabajar en todas las situaciones. Los principales puntos a considerar en la elección de un producto son:
El espectro biocida del producto debería asegurar un control efectivo de todos los microorganismos patógenos (virus, bacterias y hongos) que normalmente afectan a la especie en cuestión. Lea las etiquetas con atención y recuerde que solamente porque en la etiqueta diga que el producto es efectivo contra un determinado patógeno bajo condiciones de laboratorio no quiere decir que esa eficacia se repita bajo condiciones de granja.
La prueba de eficacia contra el o los organismos que se quieren combatir deben haber sido realizadas usando protocolos de referencia internacional como los de la AOAC o aquellos que se adhieren a las normas europeas (EN). Es muy importante que el producto sea capaz de ejercer su acción en presencia de materia orgánica, aguas duras y con variaciones de temperatura.
Debe ser seguro para el operario. De cualquier manera siempre se recomienda el uso de equipo de protección personal al aplicar productos químicos.
Debe ser seguro para los animales y no dejar residuos en la carne, leche o huevos.
No debe ser corrosivo para los equipos de la granja ni para los de aplicación del producto.
Debe ser ecológico, es decir, que no contamine el medio ambiente.
Debe tener una relación costo beneficios favorables. Esto no quiere decir que debe ser el más barato sino que debe ser un producto con un buen valor agregado. Recordar que los detergentes y desinfectantes representan menos del 0.5% del costo total de producción, por lo tanto ahorrar y usar productos de baja calidad no compensa y representa un riesgo a la bioseguridad de la granja.
El costo se debe establecer en base al precio del producto diluido o del costo por m2 de superficie tratada. Elegir productos con alta concentración de activos ayuda a reducir los costos logísticos y de almacenaje.
El servicio de asistencia técnica pre y pos venta es muy importante.
Modo de Uso: Métodos Correctos de Aplicación
Además de la selección de un buen producto, es necesario realizar un correcto uso y aplicación del mismo para obtener los resultados deseados. En líneas generales el objetivo de la limpieza (con detergente) debe ser de reducir la carga microbiana en por lo menos un 80% y la desinfección terminal debe eliminar por lo menos un 99.99% (log 4) de los patógenos restantes.
Algunos de los puntos más importantes a considerarse en la aplicación son:
La tasa de dilución usada: Se debe escoger aquel índice de dilución al cual el desinfectante ha sido probado efectivo, en ensayos independientes (idealmente simulando condiciones de campo), contra los patógenos que precisan ser eliminados. Se aconseja usar siempre la concentración necesaria para eliminar el o los patógenos más resistentes (ejemplo: hongos del género Aspergillus, bacterias gram negativas y virus no encapsulados).
Volumen de Aplicación: Una desinfección efectiva requiere que las superficies estén bien mojadas. El mínimo aceptable es 250 ml de la solución diluida por cada m2 de superficie a tratar. En superficies porosas o muy absorbente el volumen necesario puede ser mayor, pudiendo llegar hasta 500 ml/m2. Todas las áreas a ser desinfectadas deberán ser previamente limpiadas para eliminar la mayor cantidad posible de materia orgánica presente. Se debe prestar especial atención al elegir el detergente asegurándose que el mismo sea compatible con el desinfectante que se va a aplicar a posteriori. El uso de un detergente específico para limpieza en granjas (no detergentes de ropas) y/o plantas de incubación facilita y aumenta la efectividad del desinfectante.
Tiempo de contacto: Todos los desinfectantes necesitan permanecer en contacto con los microorganismos por un lapso mínimo de tiempo. En la práctica, se recomienda esperar 30 minutos para hacer una evaluación de los resultados de la desinfección (isopados o plaqueos) aunque existen una enorme cantidad de productos que realizan su acción biocida en 10 minutos o menos dependiendo de la concentración utilizada (ppm activo/s), del microorganismo, la superficie, condiciones del galpón, humedad relativa, pH, etc.
Áreas de Aplicación de los Desinfectantes:
El uso de desinfectantes puede dividirse en dos áreas bien definidas: *Desinfección terminal y desinfección continua.
Desinfección Terminal:
La desinfección terminal se refiere a los procedimientos que son realizados en un galpón o corral sin la presencia de animales. Se realiza cuando el ciclo ha llegado a su fin y los animales son removidos del galpón o corral. La finalidad es la de prevenir o reducir lo máximo posible el riesgo de infección al próximo lote de animales. El Programa debe seguir los siguientes pasos:
Limpieza en seco: Involucra remover todos los equipos portátiles para su limpieza y desinfección fuera del galpón o corral. Se debe prestar especial cuidado en remover heces, polvo, barro y todo tipo de suciedad visible con un cepillo o escoba sin levantar mucho polvo. No se recomienda el uso de aspiradoras ya que podrían desparramar microorganismo ocasionando más problemas. En esta etapa también se deben proteger los equipos eléctricos para el posterior lavado con agua.
Limpieza y Desinfección el Sistema de Agua: Este paso es muchas veces olvidado a pesar de su gran importancia en prevenir la contaminación a través del agua. Durante la limpieza y desinfección del tanque y las tuberías se debe dar especial atención a la eliminación del biofilm. Una biopelícula o biofilm es un complejo de agregación de micoorganismos marcado por la excreción de una matriz adhesiva protectora. Las biopelículas también son comúnmente caracterizadas por adhesión a la superficie, heterogeneidad estructural, diversidad genética, interacciones complejas de comunidad, y una matriz extracelular de sustancias poliméricas.
Con este mecanismo se busca promover cambio fisiológico, metabólico y de regulación génica, para así lograr la producción de determinados metabolitos secundarios, según sean las modificaciones. Los organismos unicelulares generalmente muestran dos tipos de comportamiento. El primero es el flotamiento libre, o planctónico, que es la forma en que una sola célula flota o nada de manera independiente en algún medio líquido. El segundo es un estado de adhesión en el que las células están empacadas de manera muy junta y firme unas a otras y, usualmente, con una superficie sólida. El cambio de comportamiento es activado por muchos factores, incluyendo detección del quórum, así como otros mecanismos que varían entre las especies.
Para remover este biofilm es necesario usar un producto que penetre y afloje la matriz extracelular y exponga los patógenos a la acción germicida del desinfectante. Asesórese bien con su veterinario o ingeniero para elegir el producto detergente y desinfectante más adecuado. En mi experiencia, los productos a base de ácido paracético dan los mejores resultados.
Pre-lavado del galpón e implementos: En esta etapa se procede a la limpieza y lavado del galpón y el equipamiento usando un detergente espumante, alcalino, libre de fosfatos y que sea específico para uso en granjas. Esto reduce significativamente el desafío orgánico y la carga microbiana inicial facilitándole así la labor al desinfectante.
Desinfección: Esta es la etapa en que se aplica un desinfectante que cumpla con los requisitos discutidos anteriormente. El acceso de visitas y vehículos debe ser mínimo o nulo durante la desinfección terminal y en caso que existe debe siempre ser cumpliendo con las más estrictas normas de bioseguridad (baños con jabón, uso de ropa y calzado limpios, lavado y desinfección de vehículos y equipos, etc.).
Desinfección Continua: Consiste en los procesos de higiene que son realizados una vez que los galpones han sido re-poblados y tiene la finalidad de controlar vectores móviles para prevenir o minimizar los desafíos externos. Se recomienda observar los siguientes procedimientos:
Pediluvios deben ubicarse en un lugar conveniente a la entrada de todos los galpones o corrales. Deben llenarse con un desinfectante que tenga acción comprobada bajo severas condiciones de desafío orgánico y que no sea afectado por la temperatura o los rayos solares. La solución debe renovarse como mínimo una vez a la semana o más frecuente en casos extremos (la frecuencia de renovación va a depender mucho del tipo de desinfectante utilizado). Es muy importante limpiarse las botas y quitarse la tierra y el fango antes de sumergirlas en el pediluvio. Observar la etiqueta del producto para utilizar la dilución correcta en casos de altos desafíos.
Arcos Sanitarios y Rodoluvios: Son fundamentales para la desinfección de todos los vehículos (incluyendo tractores, bicicletas, motos, etc.) que por algún motivo deban ingresar a la granja. El desinfectante debe cumplir con los requisitos ya mencionados para el caso de los pediluvios y al igual que en el caso anterior la solución desinfectante debe renovarse frecuentemente. Para esto es importante que tengan un sistema de drenaje fácil de usar de manera que se puedan limpiar antes de ser cargados nuevamente con solución desinfectante. Se deben utilizar productos no corrosivos particularmente en el caso de los arcos sanitarios. Es importante asegurarse que las cajas de los camiones y camionetas sean cuidadosamente lavados y desinfectados especialmente si han transportado animales y/o equipos de otras granjas.
Tratamiento de agua de bebida: Esta práctica particularmente cuando el agua es de baja calidad microbiológica para prevenir la transmisión de enfermedades. Es necesario usar un producto de amplio espectro pero a la vez seguro para los animales y los equipos. Se recomienda suprimir el tratamiento con el desinfectante durante la vacunación o medicación de los animales. Esperar 36 h y comenzar el tratamiento nuevamente. El cloro es siempre el producto más barato y el más ampliamente usado, sin embargo no es necesariamente el mejor. Existen disponibles otros productos con perfiles más seguros, más estables y con mejor espectro de acción RBM Q
Desinfección aérea en presencia de animales: Durante el ciclo de producción existen momentos críticos en donde los desafíos sanitarios son mayores. En esos casos se recomienda el uso de un desinfectante en el ambiente. La solución desinfectante se debe aplicar usando equipos de ultra bajo volumen para producir una gota bien fina que se mantenga suspendida en el aire por lo menos 30 minutos. Se recomienda utilizar un producto de amplio espectro (particularmente con buena acción contra virus desnudos) y que no sea perjudicial para los animales, equipos y operarios. La frecuencia de aplicación varía mucho dependiendo de cada situación en particular pero en términos generales se recomienda hacerlo como mínimo dos veces por semana para prevención y diariamente durante aquellos momento de mayor desafío. El uso de la desinfección aérea es también altamente recomendado para combatir las reacciones vacunales.
Higiene General: Todos los visitantes y operarios deben tomar baño con jabón y usar vestimenta protectora y botas que sólo sean usadas en esa granja. Además se debe insistir en mantener una estricta higiene de manos en todo momento, idealmente, cada vez que se entra a un galpón o corral diferente. El uso de gels a base de alcohol son muy útiles en áreas donde el agua es escasa.
Control de Roedores, Insectos y Aves Salvajes: Ningún programa de bioseguridad estaría completo sin un programa de control integrado de plagas, el cual debe ser elaborado después de haber hecho una inspección de la granja por un técnico especia- lista en el tema. Un paso en falso en el protocolo de bioseguridad puede ser muy costoso. Tome su tiempo para revisar su programa, discútalo con su veterinario o ingeniero y también con el personal de granjas, y por sobretodo, asegúrese que los procedimientos sean cumplidos estrictamente. Una forma de lograr esto es tener capacitaciones constantes del equipo y contar con protocolos simples, que no creen confusiones.
Control del Tráfico: Es importante controlar el padrón de tráfico hacia y dentro de la granja, prohibiendo el acceso de personas no autorizadas y asegurándose que aquellas que ingresen cumplan con los protocolos de entrada establecidos y circulen siempre desde los animales más jóvenes a los más viejos si ambos están presentes en la granja.
Conclusiones
El seguimiento de estos consejos contribuye a asegurar un control efectivo y económico de enfermedades infectocontagiosas que pagará dividendos a través de una mayor productividad y de la producción de carne, y/o huevos seguros, libres de contaminantes y de alta calidad. Hay una creciente presión internacional en la industria que apunta a minimizar el uso de antimicrobianos en la producción de carne y huevos. Las normas de bioseguridad son proactivas y contribuyen a mejorar la cantidad y calidad de la producción. Estas normas deben ser estrictamente seguidas por todos pero a la vez deben ser flexibles en su naturaleza, prácticas, de fácil aplicación y versátiles, abiertas a nuevas tecnologías o procedimientos que surjan para poder mejorarla continuamente. El costo (que de por sí es bajo en comparación con la medicación) debe verse como una inversión en el patrimonio del productor (sus animales). La bioseguridad es un estado mental que precisa estar presente en todos los productores que aspiran a ser líderes en un mercado cada vez más competitivo y selectivo.
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¿Cómo actúan los desinfectantes RBM® hospitalarios?
Estos productos son extremadamente eficaces al momento de eliminar microorganismos patógenos y bacterias que pueden afectar de gran manera la salud de los seres humanos.
Ahora, los desinfectantes RBM® hospitalarios actúan de una manera específica para eliminar rastro de virus y bacterias. Ya que actúan mediante la desactivación de enzimas, oxidación e hidrólisis, permitiendo que su estructura química actúe de una manera más selectiva que otro tipo de sustancias, como podrían ser los antisépticos. Estos desinfectantes RBM® a diferencia de los utilizados en la industria no son tóxicos.
PREVENCIÓN DE PROPAGACIÓN
Con el fin de prevenir la propagación de enfermedades infecciosas, respiratorias y gastrointestinales y mitigar sus efectos, es importante implementar acciones para disminuir el riesgo de transmisión del virus de humano a humano durante el desarrollo de todas sus actividades.
Cada clínica, hospital y entidad prestadora de salud deberá adoptar protocolos de bioseguridad, prevención y promoción para la mitigación de los microorganismos en las zonas de mayor afluencia.
La limpieza y desinfección en hospitales está determinada por el nivel de carga bacteriana en cada zona, un adecuado protocolo de higiene equivale a una mayor seguridad de los pacientes, visitantes y personal médico, siendo clave a la hora de reducir la cantidad de microorganismos que puede tener un área, superficie, objeto o ambiente.
1. Limpieza:
Se entiende la limpieza como el proceso mediante el cual se elimina la suciedad, incluyendo materia orgánica, que puede tener agentes infecciosos que encuentran condiciones favorables para sobrevivir y multiplicarse. En los ambientes clínicos y hospitalarios se deben realizar dos tipos de limpieza:
• Limpieza rutinaria: Aquella que es realizada de forma diaria mediante la aplicación de técnicas de limpieza básica.
• Limpieza terminal: Una limpieza más completa que se realiza después de intervenciones o altas hospitalarias.
2. Desinfección:
En el sector salud es necesario desinfectar minuciosamente todas las superficies y objetos potencialmente contaminados en las diferentes zonas que han sido ocupados por pacientes, instrumental médico, biomédico, con el fin de minimizar los riesgos de infección del paciente entrante, visitantes y personal médico.
El método ideal para la limpieza y desinfección se aplica bajo 3 principios:
1. De lo más limpio a lo más contaminado.
2. De arriba hacia abajo.
3. De adentro hacia afuera.
¿Qué desinfectantes usar en el sector?
Es importante que, a la hora de escoger el desinfectante RBM® ideal para ambientes y superficies de consultorios, clínicas y hospitales se tenga en cuenta nuestro objetivo superficies Desinfectante RBM-Q® en zonas generales, Desinfectante RBM-TC® Orgánico en quirófanos laboratorios y microbiología ambos se pueden aplicar por nebulización, Desinfectante Base Oleosa RBM®-TK para Maquina de Humo -Termonebulizadora- en seco y al contacto para el ambiente y el Desinfectante y Desengrasante RBM-QD® para Limpiar, Desinfectar, Desengrasar, Humectar y Deodorizar ¡En un solo paso! Ninguno representa un riesgo para la salud, dispositivos, así como áreas médicas, garantizando su estabilidad.
Limpieza y desinfección constante en las áreas, superficies y ambientes de clínicas y hospitales con el Desinfectante y Desengrasante RBM-QD®;
• Se deben establecer protocolos de limpieza y desinfección, preferiblemente con los desinfectantes RBM® biodegradables avalados y de alta calidad que cuentan con ficha técnica y concentraciones recomendadas, adecuadas para cada aérea.
• Para evitar la contaminación cruzada en cada clínica y hospital, deberá existir un sitio habilitado para el lavado e higienización.
• Para evitar la propagación de bacterias y virus, es importante realizar una adecuada limpieza y desinfección total en las zonas comunes, habitaciones, equipos médicos, ambientes, entre otros.
• Se debe asegurar que los procedimientos de limpieza y desinfección se realicen de manera consistente y correcta, de acuerdo con lo establecido en el manual de bioseguridad de la entidad prestadora de salud de acuerdo a la clasificación de las áreas (críticas, semicríticas, no críticas y generales)
¿Dónde se debe desinfectar constantemente?
1. Superficies próximas a los pacientes, con alta frecuencia de contacto.
2. Superficies donde la contaminación está asumida como segura.
3. Superficies con contaminación visible (sangre, pus, heces, etc.)
4. Superficies donde se deposita el instrumental médico.
5. Desinfección terminal en habitaciones o áreas que han albergado pacientes infectados o en casos de brote.
6. Cuartos y elementos de aseo
7. Elementos de protección personal completos.
8. Paños
9. Elementos de marcación
10. Instrumental médico.
Nebulización de ambientes con los Desinfectantes RBM-Q y RBM-TC: abarca todos los espacios
El ambiente en el sector de la salud es de por sí, uno de los lugares de mayor generación y difusión de las infecciones dado que a él llegan personas portadoras de enfermedades infecciosas y respiratorias, donde es importante desinfectar todos los espacios. La nebulización es el método de administración de un desinfectante RBM-Q y RBM-TC líquido mediante vaporización o dispersión en forma de pulverización, donde se generan gotas entre 10 y 50 micrómetros que pueden estar más tiempo en el aire y llegar a lugares donde los procesos de limpieza y desinfección no puedan llegar, como techos, estructuras altas, extractores, entre otros.
Desinfección en seco con el Desinfectante Base Oleosa RBM®-TK, para la desinfección de dispositivos médicos sin dañarlos:
Es un potente viricida, bactericida, fungicida, esporicida con una efectividad mayor, su combinación de detergente y desinfectante elimina bacterias, virus y otros microorganismos de interés a nivel hospitalarios, de superficies, equipos, instrumentos, dispositivos medios y biomédicos
Es ideal para desinfectar todas las áreas, ambientes y superficies, no requiere enjuague, además cuida los recursos naturales, siendo este amigable con el medio ambiente y biodegradable.
¿Cómo desinfectar con el Desinfectante y Desengrasante RBM-QD®?
En el sector de la salud y entornos sanitarios se debe realizar la limpieza y desinfección ¡En un solo paso! Ahorrando tiempo que se limpia se está desinfectando al instante, eliminado dos procesos, lo que significa un ahorro sustancial en horas hombre y miles de litros de agua, conforme a la clasificación de la zonas, en las cuales se encuentran;
• Zonas críticas o de alto riesgo: Donde la carga bacteriana de estas áreas es superior al 60%, es el caso de quirófanos, urgencias, salas blancas, habitaciones en aislamientos, entre otros.
• Zonas semicríticas: Donde la carga bacteriana se sitúa ente 20% a 60%, suelen ser áreas de tratamiento, llevándose a cabo una actividad médica no invasiva.
• Zonas no críticas: Son aquellas zonas con una presencia menor al 20% de bacterias, corresponden a zonas administrativas, entre otro, donde no se lleva una actividad sanitaria o farmacéutica.
La categoría de cada espacio siempre lo determinará la carga bacteriana que se concentre y que se convierta en un foco de infección en un momento determinado, es por esto por lo que dependerá del tipo de zona la cantidad de ppm a utilizar en los ambientes y superficies. Consulta con nuestros asesores la cantidad adecuada y ficha técnica para cada área en particular.